Trump, Rubio y Bukele podrían terminar acusados en EE UU si no detienen a Maduro por caso del Tren de Aragua

 


El entorno de asesores, el equipo de María Corina y amigo del presidente Donald Trump, el secretario de Estado Marco Rubio y el presidente Nayib Bukele deben hacerse las siguientes preguntas: ¿Cuál es el interés de los demócratas en visitar a detenidos en El Salvador? ¿Qué pasaría en 3 o 7 años si los demócratas llegan al poder con el caso del Tren de Aragua inconcluso? ¿Serían capaces los demócratas y algunos jueces de impulsar una imputación a Trump, Rubio y Bukele por esto?

Estas y otras preguntas deberían surgir ahora para proyectar qué sucedería con el caso que comenzaron contra los terroristas del Tren de Aragua si no culminan con la detención de su líder, Nicolás Maduro. Cuando se comienza una batalla contra el terrorismo debes estar dispuesto a darla completa y saber terminarla.

Estamos viendo múltiples acciones por parte de opositores a la administración actual de Estados Unidos: el exdirector del FBI James Comey fue acusado de incitar el asesinato de Trump; el presidente también acusó a la Corte Suprema de estar manipulada por la izquierda radical; se reportó el despido de funcionarios como Michael Collins, presidente interino del Consejo Nacional de Inteligencia, así como su adjunta Maria Langan-Riekhof, por contradecir la información del gobierno observando a diario imágenes de ataques con violencia al que tuviera colocada una gorra de MAGA.

Parece una guerra irracional contra el presidente Trump y su equipo, hicieron muchas maniobras judiciales para evitar que se reeligiera; él acusó a los demócratas de fomentar acusaciones, un proceso de impeachment, allanamientos a su vivienda; parece que lo quieren preso o arruinado.


El tema de las deportaciones a El Salvador es un tema delicado, con un interés particular de los demócratas en fundamentar el caso; no visitan al país centroamericano por querer a los migrantes y su protección, buscan soportar una acusación futura.

La historia la cuenta quien gana la batalla; si Trump sale del poder y no deja concluido el tema y capturado a Maduro, este caso pueden revertirlo y sumarse a otras acusaciones e intentar hacerlo pagar cárcel y millonaria indemnización. Todo más costoso que una simple operación para detener al líder del Tren de Aragua.


El presidente Bukele en un gesto de humanidad y desprendimiento intentó ayudar a nuestros presos políticos, pero una acusación en Estados Unidos impulsada por los demócratas en su contra es factible y las consecuencias personales para él y El Salvador a futuro podrían ser incalculables, como lo dijo: “si Estados Unidos estornuda a El Salvador le da gripe”.

Por ser un país afectado y experto conocedor de estos grupos terroristas, el equipo de gobierno de El Salvador debería proceder a abrir una investigación con todos los detenidos y otros elementos, dar garantía y protecciones a quienes sean testigos sobre la estructura de liderazgo del Tren de Aragua, que estoy seguro de que saldrá el nombre de Maduro y algunos de su entorno que permitieron y apoyaron a ese grupo. Lograr una acusación por terrorismo contra Maduro en El Salvador y pedir el apoyo a Trump para ejecutar su detención inmediata sería el proceso más lógico, natural por tener la mayor cantidad de ese grupo detenidos. Si en El Salvador investigan encontrarán que la revolución patrocinó y protegió al grupo terrorista, además de fomentar su migración para desestabilizar a un socio importante como lo es Estados Unidos. 

Maduro tiene una acusación con recompensa en Estados Unidos por droga, acusado en la CPI, la ONU y OEA con pruebas sólidas por violación de los derechos humanos y terrorismo de Estado.


Maduro quitó el control interno de las cárceles a la Guardia Nacional y les permitió libre comunicación sin control a los detenidos, impulsando lo más importante en este tipo de organizaciones terroristas; la protección de un Estado y el mando y control de los líderes negativos sobre esa estructura en el exterior; mientras que al ciudadano trabajador le quitó la libertad de expresión y utilizó a la GNB para reprimirlos.

En Venezuela es público que Maduro dirige y protege el Tren de Aragua, una organización terrorista nacida de las ideas exportadas de las alianzas con Siria e Irán, una admiración profunda por los grupos Hamás y Hezbolá, además por sujetos como Qasem Soleimani.


Existe múltiples informes, artículos, documentación, pruebas y testigos de la alianza del régimen con el Tren de Aragua y otros líderes negativos, su entrenamiento en prisión de orden cerrado y otras actividades organizacionales de guerrilla urbana que le permitieron formarse como estructura terrorista.

Al detener a Maduro junto con su cúpula y presentarlos en un tribunal de Estados Unidos o El Salvador, saldrán más testigos y pruebas sólidas en su contra que hoy se mantienen anónimas y ocultas por miedo, además de no existir un tribunal contra terrorismo internacional y un caso abierto donde consignarlas.


El tiempo corre en este proceso, si Trump, Rubio o Bukele tienen dudas, quieren ser diplomáticos y sentir lástima por Maduro, estoy seguro de que los demócratas no tienen dudas sobre lo que van a hacer al llegar al poder.

Y por si esto no fuera lo peor, al salir Trump, Maduro enviaría con seguridad a la nueva generación del Tren de Aragua que está en Venezuela, jóvenes sin estudios e influenciados por la violencia interna, mucho más si este método de atacar a Estados Unidos y otros países de la región le funciona como también le ha funcionado el secuestro de extranjeros sin consecuencias reales para él.


Adicionalmente, Marco Rubio puede investigar las actividades terroristas, inversiones y dinero guardado del régimen venezolano en Siria, personajes como Tareck el Aissami y otros tienen muchos intereses en ese país, ahora que el nuevo gobierno coopera con Estados Unidos.

Maduro pareciera tener alianzas sólidas con los demócratas, el envío del Tren de Aragua a Estados Unidos coincide con la política de frontera libre; consiguió levantamiento de sanciones petroleras y personales como la de Carlos Erik Malpica Flores, le entregaron a los narcosobrinos y liberaron a su testaferro Alex Saab.


Trump, Rubio y Bukele deben decidir sobre los actos ya consumados de las deportaciones y detenciones en el Cecot, terminar el caso o dejar que los opositores lo utilicen a su manera; sin ellos estar en el poder ya están denunciando violaciones de los derechos humanos en ese centro y otras cosas más.

La solución completa de este caso podría durar unos 2 años y les queda poco tiempo para actuar y todo sucederá si hacen lo correcto, ajustado a la ley; detener estos líderes criminales, juzgarlos y trasladar a los detenidos en el Cecot a Venezuela.


Estados Unidos en el año electoral no creo que pueda ejecutar acción de fuerza, en el 2026 tiene el Mundial de Fútbol en su territorio y otros países del continente, quedando la solución ajustada al tiempo que hay desde hoy hasta antes de comenzar el Mundial.

Marco Rubio tiene una obligación por el cargo de expulsar la influencia rusa del continente, ayudar al respeto de las elecciones en Venezuela que ganamos, expulsar a los delincuentes de Estados Unidos y no permitir dictaduras en el continente, pero ahora su futuro personal y político podría estar en juego y no debería dudar en actuar con firmeza.


Considero que es necesario que se organice la información sobre el Tren de Aragua que existe en todo el continente y en Venezuela sobre ellos, que se proceda a judicializar en Estados Unidos o El Salvador, hacer las acusaciones formales y detener a los líderes.

Tienen los recursos económicos, tecnológicos, apoyo del liderazgo político legítimo venezolano, del pueblo y la mayoría de la FANB, que también quieren detener a Maduro y sus cómplices.

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